martes, 24 de mayo de 2016

Historieta María Magdalena Frescobaldi

Un breve recorrido a través de la vida y obra de nuestra fundadora María Magdalena frescobaldi
 Historieta María Magdalena Frescobaldi
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 Espiritualidad Pasionista en María Magdalena
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María Magdalena... siempre intercesora


Nuestra historia tiene sus orígenes en la ciudad de Florencia (Italia) a comienzos del siglo XIX, una época marcada por grandes convulsiones sociales, políticas y religiosas, originadas en gran parte por la Revolución francesa y las invasiones napoleónicas. Es en ese contexto donde encontramos a esta “SAMARITANA de la CALLE”, que merece la pena conocer.
María Magdalena Frescobaldi nace el 11 de Noviembre de 1771. Es la tercera hija de los marqueses Frescobaldi-Quaratessi, una familia que vive con intensidad su fe cristiana. Su madre, mujer de fe y de gran sensibilidad hacia los más desfavorecidos, es quien se ocupa especialmente de la educación de sus hijas y les inculca la vida de oración, la lectura meditada de la Pasión y, al mismo tiempo, el compromiso con los pobres y enfermos del entorno. A los 19 años, como era habitual en su época, se casa con el Marqués Pedro Roberto Capponi y tiene 4 hijos.
Magdalena fue una mujer probada por el sufrimiento: perdió a tres hijas de corta edad; tuvo que vivir la ocupación de los soldados franceses y el exilio en Austria; acompañó a su marido en su larga enfermedad; tuvo que educar a dos nietas cuando falleció su nuera… La invasión de Florencia por las tropas de Napoleón llevó a Magdalena, a su esposo y a su hijo al exilio en Viena.

Encuentro con la pobreza

Historia de la fundadora 2
 A su regreso, la primavera de 1803, Magdalena se encuentra con los graves problemas de su ciudad: la miseria causada por la guerra, los enfermos sin recursos; las prostitutas y los niños de la  calle.
Magdalena se siente movida interiormente y, junto a otras compañeras, comienza a prestar su servicio como voluntaria en el hospital de incurables  “San Bonifacio” de Florencia. Ayudan a dar de comer a los enfermos, los lavan, les leen libros, enseñan el catecismo… Las enfermas que más le llaman la atención en el hospital son las mujeres caídas en las redes de la prostitución, a las que trata con especial cariño. Son mujeres que emigran a la ciudad buscando un futuro mejor y se encuentran solas, desorientadas, sin recursos, sin cultura, sin apoyos.
Magdalena cree en la capacidad de recuperación de la persona. La contemplación del Crucificado, entregado totalmente por amor, el cariño y la acogida, la educación y la convivencia diaria tienen la fuerza constructiva necesaria para que la persona recupere su dignidad y sea una CRIATURA NUEVA. Cree en la educación para formar personas libres, felices y fuertes y también como prevención del fracaso y de la marginación.
Queriendo dar respuesta a esta realidad, en 1812 funda la primera casa “Retiro”, una casa de acogida para las jóvenes que libremente quieran salir de la vida de la prostitución.  El amor  del Crucificado-Resucitado que da su vida por todos, le impulsa  a Magdalena a creer en las personas y a gastar su vida por ellas.
En esa casa, Magdalena pretende prepararlas para afrontar la vida:
  • Alfabetizarles y formales en habilidades para integrarse en el mundo social y laboral.
  • Acompañarlas educándolas desde el amor, la comprensión y la cercanía.

Un nuevo PROYECTO de VIDA

El 17 de Marzo de 1815,  cuatro jóvenes ex prostitutas comienzan una nueva forma de vida comunitaria centrada en la memoria de la Pasión de Jesús, a la luz de la espiritualidad del gran místico Pablo de la Cruz. Estas jóvenes proceden de la casa que Magdalena había abierto en 1812, para la educación y la convivencia diaria y su posterior reinserción en la sociedad.
Este pequeño núcleo será el origen de la Congregación de las Hermanas Pasionistas de San Pablo de la Cruz. En 1817 Magdalena solicita al General de los Pasionistas, P. Tomás Alvesano, la unión espiritual con los Pasionistas.
Magdalena escucha el clamor de las personas crucificadas de su tiempo y conecta con la espiritualidad de San Pablo de la Cruz (fundador de los Pasionistas). Se preocupa también de que la nueva comunidad se construya sobre la base de “un solo corazón y una sola alma, una sola voluntad en el amor”.
En 1832 Magdalena se encuentra con niñas que, mientras sus padres están trabajando, se encuentran en la calle desprotegidas en San Romano, pueblo cercano a Florencia.  Magdalena quiere dar respuesta a esta necesidad educativa y abre una escuela para que se formen como personas responsables.
La vida de Magdalena fue toda ella un mensaje. Era una gran mujer y una gran educadora que dejó lemas como “Enseñar, prevenir y educar”, “Educar con amor y perseverancia”. Ella impulsaba a las primeras hermanas a trabajar con los niños y jóvenes para que fueran personas autónomas y les educaran en valores humano-cristianos.
El invierno de 1838, María Magdalena cae enferma y se va debilitando poco a poco. El 8 de Abril de 1839 fallece en su Florencia natal, después de una vida entregada a favor de los más débiles.
Extraído del Blog: http://www.hermanaspasionistas.es 

Poema PER CRUCEM AD LUCEM por Mhyrveán Camilo Quiñones

PER CRUCEM AD LUCEM

Autor: Mhyrveán  Camilo Quiñones

Déjanos Padre
Dios de amores y consuelos
De esperanzas y 
de anhelos
Hasta la Cruz de tu Hijo
Acercarnos con denuedo
Para ser por siempre esclavas
Del MEMORIAL ANTIGUO Y NUEVO
Que en la cima del Calvario
Para nosotras dejara.
Allí está nuestra cuna y Tú eres nuestro dueño.

Lanza, Cruz, Corona y Clavos,
Unos labios sitibundos
El Costado siempre abierto
Y el amor, fuego de incendios;
He aquí nuestros emblemas,
Nuestro escudo, nuestros sueños,
Los mismos que la MARQUESA
En inspiración divina

A nosotros nos legara
Perpetuando en ésta herencia
La enseñanza recibida
De aquel Dulce Enamorado
Del Nazareno bendito,
Hecho Hostia, Trigo y Luz
Que en memorial sacrosanto
Fue el Gran Pablo de la cruz.

Una Madre dolorosa,
Una Virgen sin igual
Una ESCLAVA bendecida
Por su HUMILDAD PROVERBIAL,
Una REINA VALEROSA
CORREDENTORA TOTAL
Traspasada por la Espada
Que el profeta le enunció
En siete heridas abiertas
Por cuyo cauce corrió a borbotones de amores
Su entrañable intercesión,
A todas abriga ahora
Con maternal protección.

Los jóvenes en peligro
De inminente perdición,
O aquellas que ya humilladas
El mundo las despreció
Después de haberlas sumido
En el llanto y el dolor,
Son nuestras Hijas y hermanas
Son la razón del amor
Y a ellas nos consagramos
Buscando su redención.
Son nuestras sus esperanzas
Su martirio y su dolor,
SON NUESTRAS SIETE ESPADAS
QUE SURCAN EL CORAZÓN;
Serán ellas redimidas,
Cubiertas son sus heridas
Consentidas con fervor,
Amadas sin miramientos,
Sin quejumbres, sin horror.
Son ellas, de la corona
Dolorosa en su pasión
Las SIETE PERLAS  PRECIOSAS
Que suavicen su dolor.

La Santa Iglesia ha acogido
Nuestros votos y oración.
Ella nos fortalece y bendice nuestro amor,
Ese amor crucificado que redime y da valor
Para llegar al CALVARIO
Con el Cristo Redentor.

El Sagrario es nuestra fuente
Donde bebemos con sed
En silencio siempre orante
El agua del PARABIEN,
La misma que nunca acaba
Aunque bebamos de Él
Por centurias de centurias
Hasta hacernos como Él,
Trigo, Vino y Hostia pura
SACRAMENTO, ENTREGA Y FE.

Crucificadas con Cristo
Nuestro Dueño, nuestro Dios 
Los brazos abiertos tenemos
Para dar su redención
A todos nuestros hermanos
Del Oriente al Septentrión
Hasta abrazarnos gozosos
En abrazo redentor.

En memoria del Señor
Ésta entrega celebramos
Y en su cruz siempre esperamos
La Santa Resurección,
Y así, todos bendigamos
A Dios Padre de Amor
Que en donación generosa
A su Hijo nos dejó,
El mismo que por la fuerza
Del Santo Espíritu fue,
Carne Santa, Cuerpo puro
Que en María se encarnó.

A Dios Padre la gloria,
Al Hijo la adoración
Y al Espíritu Divino
Que a todos santificó
Alabanzas por los siglos
De los siglos del amor. Amén.

Canciones Pasionistas

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