Explicación
de la obra de mármol de María Magdalena
Te encuentras
delante de la capilla de la Casa Madre de las hermanas Pasionistas de San Pablo
de la Cruz, donde se encuentran los restos de su fundadora María Magdalena
Frescobaldi Caponi esposa y madre de
familia, reconocida por la Iglesia como Sierva de Dios. Antes de honorar sus
reliquias destinadas a la glorificación porque pertenecen a una persona que en
vida ha amado y servido a Dios en las últimas de su ciudad, detente de frente a
esta obra de mármol que narra a través del lenguaje místico del arte el gran
trabajo que la Trinidad ha realizado en su
sierva fiel. Una escultura viva porque habla
a través del encuentro de dos mujeres que han experimentado juntas la
ternura misericordiosa del padre en su Hijo Jesús y hoy desean comunicártelo.
Es la imagen viva
de nuestros orígenes como Hermanas Pasionistas.
Ella de hecho
domina el ambiente y crea para el visitante y peregrino un ambiente sugestivo
lleno de significado y favorable a la reflexión y a la oración.
Los personajes son
dos, María Magdalena y una mujer joven.
Una mujer noble y
una joven disminuidapor la triste experiencia de
la prostitución.
María Magdalena
vestida con el vestido del tiempo dirige su mirada hacia la puerta de entrada.
No mira a la joven
que tiene a sus pies, es una mirada que ha sabido leer las esperanzas de la
sociedad y se ha encarnado en la historia más allá de los palacios, de las
fiestas de la Corte y del rango social, es una mirada que significa espera,
disponibilidad, invita a entrar y acercarse, es una mirada que ya ha buscado,
encontrado, dialogado, ahora solo espera una respuesta libre, es una mirada que
va más allá, que mira lejos, supera las contingencias sin todavía olvidar el
presente, la realidad representada por la mujer
abrazada a sus rodillas en un grito de dolor y de ayuda.
La aurora de una
experiencia concreta que ha atravesado el tiempo sembrando los sentimientos que
fueron de Jesús en la historia, en la experiencia de tantas jóvenes de diferente raza y cultura.
Acerquémonos a
esta obra de arte con espíritu de contemplación.
La estatua fue
pensada en el ángulo derecho al fondo respecto a quien entra en jardín ha
encontrado el mejor lugar.
Ella es la
respuesta a su espera y entra y se ha reposado sobre sus rodillas, reducida por
una experiencia de violencia y de desprecio.
Pero allí hay una
mujer madre que la acoge, con el brazo derecho, abraza
la joven mujer, el abrazo es materno, protector,
dándole valor, un abrazo dulce y firme; y también
el mármol púlido expresa la ternura del gesto, el calor y la delicadeza del
contacto.
A diferencia de
ella, la figura de la joven a sus pies tiene vestidos modernos con largos
cabellos sueltos, desórdenadosque expresan llanto y abandono.
El cuerpo hermoso quebrado
parece desnudo como si anhelara aquella dignidad de mujer de la cual ha
sido robada y que anhela recuperar.
Mientras el rostro
de Magdalena es elegante, solemne y radiante, el
rostro de la joven está frío junto a su
mano nerviosa y rígida,
las dos manos
puestas cercanas una de la otra, revelan los diversos estados de ánimo a través
de una elaboración del mármol; sereno y profundo el de Magdalena,
todavía temeroso y nervioso el de la joven. No se
ve en el tentativo que es lo que esconde, en realidad su rostro no tiene rasgos
definidos, es el rostro de todas las mujeres de ayer y de hoy que han sido
violadas y maltratadas y ofendidas en su dignidad, mujeres cuya belleza física
y moral ha sido herida y perturbada. La joven
está llorando pero es un llanto liberador, un llanto que perfuma de esperanza. Magdalena no la juzga sino que la acoge como hija amada,
Magdalena permanece en espera de otras hijas. Sabe que la joven sobre
sus rodillas está segura, dentro de poco también ella podrá ser también quien
la acoge.
Sí, porque la joven ha
entrado en aquel circulo en el cual se encuentra Magdalena.
El círculo
significa la perfección que es la humanización, la realización plena, equilibrio interior y belleza,
vida en plenitud. Pero no completamente, algo de
ella todavía esta fuera y exige todavía un
compromiso firme y constante de la
voluntad para conseguir la curación total del ser, María Magdalena está ahí
para asegurarle que nunca más estará sola, ella acompañará sus pasos hasta la
completa curación, juntas harán fiesta por la belleza encontrada y renovada.
María Magdalena
percibe el drama de la joven, el diálogo se hace más intenso corazón a corazón.
Mientras la mano
derecha abraza la nueva hija, la mano izquierda aprieta un corazón y lo apoya
sobre el suyo.
Respecto a la
derecha, la mano izquierda manifiesta especialmente la firmeza y la seguridad
de una fuerza que tiene en el corazón la fuente y la vida.
El corazón
representa el amor, pero no un amor cualquiera: tiene una cruz, el corazón y la cruz reclaman el
amor del Señor crucificado sacrificado por nosotros y por nuestra salvación. Es su amor misericordioso que cura, sana libera y
regenera nueva vida. Es allí que María Magdalena
encuentra la fuerza del don y el espíritu
de servicio a favor de tantas hermanas dispersas en la ignorancia del
pecado.
La novedad del
rostro de Magdalena contrasta con un detalle, las mangas de su vestido están
plegadas, las mujeres nobles de su tiempo y de todos los tiempos seguramente no
tenían las mangas remangadas signo del trabajo duro de las siervas y no
adecuado a las personas de su rango, solo los pobres que trabajan.
María Magdalena ha
escogido una lógica contraria, ella no solo tiene un corazón que palpita de
amor sino todo su ser es como un corazón que vibra porque es memoria viva de
aquello que el Hijo de Dios ha cumplido en su vida terrena.
El amor de Cristo
es quien la impulsa a no tener miedo de las burlas.
A no considerar
las habladurías de la gente y de aquellos que se retienen justos.
María Magdalena es
discípula de Cristo, su gesto vivo de su palabra ha escogido vivir el Evangelio.
Dios de rico se
hizo pobre en Jesús y a compartido en todo menos en el pecado nuestra condición
humana, también ella ha querido imitar el ejemplo del Salvador.
Dejar las anclas
del pasado para abrazar las mujeres jóvenes de su ciudad, destruidas en el
cuerpo, en el alma y sostenerlas en la seguridad de ser amadas por Dios.
Las ha buscado, acompañado, esperándolas en su
casa respetando como Jesús el don precioso de su libertad.
La Pasión de Jesús
grabada en su corazón y su corazón
inmerso en la Pasión por Dios y por la humanidad sufriente como Jesús, corazón de misericordia y de esperanza.